Del blog de Rosa Díez
Ese es el titular del Editorial de El País del pasado domingo, en el que se analiza la falta de inicaitiva del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero para enfrentarse a la crisis conómica, financiera y de empleo que sufre España. No es el único artículo en el que el citado diario analiza la situación y la actitud del gobierno. En una amplia entrevista la Vicepresidenta de los brotes verdes, Elena Salgado, sigue insistiendo en que "la crisis ha tocado fondo" (cada vez que su jefe ha dicho algo así a lo largo de los dos últimos meses ha tenido que "elaborar" un nuevo decálogo de ocurrencias para "salir del fondo") , a pesar de que reconoce que "el empleo tardará unos años más en recuperarse...".
Precisamente sobre eso, sobre el mercado laboral, versa un interesante artículo publicado en las páginas de Negocios, titulado "Produciendo parados...y precariedad", en el que queda demostrado que España es el país de la UE con el mayor porcentaje de parados en términos absolutos y el segundo en parados con contratos precarios, solo aventajado en este caso por Polonia, que llega al 26,9 frente al 25,4 que alcanza España. Según el cuadro que acompaña el citado artículo, España ya ha adelantado a Letonia y Lituania en porcentaje de parados (18,1%, frente al 17,4 y 16,8 respectivamente). O sea, ya no somos el tercer país baltico (en destruir empleo), ya somos el primero. Por sexo y por edad también nos situamos en la vanguardia de dar ejemplo (de lo que no se debe hacer): el paro juvenil y el paro femenino siguen siendo más que el doble de los países de la UE. La tasa de actividad entre mujeres es del 51,51% frente a la de los hombres que es del 69,11%. Y la tasa de actividad hasta los veinticinco años es del 49,9% frente al 61,5% de los mayores de treinta y cinco años.
Los hechos son tozudos: frente a los eslóganes, la realidad. Frente a un Gobierno que ha sustituido la política por la demoscopia y el gobierno por la propaganda, la triste realidad nos presenta un panorama pavoroso: más paro, más desigualdad, menos cohesión, menos expectativas, menos seguridad jurídica: más desigualdad. A esto es a lo que nos ha conducido la política de este Gobierno innane, cargado de prejuicios ideológicos, cargado de debilidades profesionales, incapaz de arriesgar para sacar el país adelante.
Un Gobierno que "gobierna" Decreto Ley; un Gobierno que le ha encontrado gusto a la excepción y lo ha convertido en norma: todo por lectura única y por trámite de urgencia. Un gobierno que no propone Leyes (salvo la trasnposición de Directivas Europeas, algunas con años de retraso), y que, cuando lo hace, intenta trampear como con el Proyecto de Ley por el que se regula la financiación de Radio Televisión Española, que ha decidido tramitar por urgencia (?), sin que nadie sepa muy bien a qué se debe la urgencia (aunque todo el mundo intuya a quien le debe el Gobierno la urgencia) y que llega al Parlamento con férreos y oscuros pactos previos para que nada en ella se modifique.
El editorial de El País corresponsabiliza a la oposición de la falta de iniciativa. Lo cierto es que la iniciativa le corresponde al Gobierno y que a quien está la oposición le corresponde ofrecer a los ciudadanos una alternativa. Pero no es menos cierto que se ha producido una especie de conjunción planetaria, que diría Leyre Pajín, y han coincidido en el momento en el que más necesitamos de políticos el peor gobierno y la peor oposición. Me refiero, naturalmente, a lo que El Páis llama la oposición: el Partido Popular. La otra oposición, en la que me encuentro, poco puede hacer para espabilar a un gobierno complacido consigo mismo y complaciente con todo aquel que le canta sus excelencias o que le pone precio a sus apoyos. Salvo denunciar de forma permanente la verdadera situación y la irresponsabilidad de que hace gala el Gobierno, con la copmplicidad, la mayor de las veces, del principal partido de la oposición. Porque todos esos Reales Decretos, desde las Medidas Financieras (cuyo desarrollo posterior fue opaco y pactado entre el PP y el PSOE), las ayudas a CCM, las medidas de desarrollo energético... u todos los demás, hasn salido adelante gracias a pactos previos nunca expliccados. O sea que la responsabilidad entera es del Gobierno en lo que no hace; pero es compartida con el PP en lo que hace mal. Porque ambos están en lo de la alternancia, en lo de repartirse las cuotas de poder, en lo de esperar a que uno caíga para pillar el porcentaje mayor de consejeros, ya sea en las Cajas o en cualquier otro lugar.
Mientras tanto, mientras unos y otros calculan cómo repartirse las influencias y el poder, el paro sigue creciendo. Y la precariedad, también. No sólo se destruye empleo: se destruye la esperanza de cientos de miles de ciudadanos. Mientras tanto, el que gobierna y el que oposita se reunen en secreto. Preparan el próximo Real Decreto opaco y calculado para el rendimiento propio. ¿Cuando llegará? Me da que en vacaciones, como hacían las cosas en el pasado régimen. Les tendré informados.
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