jueves, 25 de marzo de 2010

EL AYUNTAMIENTO DE GETAFE DERROCHA EN PROPAGANDA

El día en que sacamos de nuestros buzones un lujoso folleto en papel cuché en el que el Ayuntamiento de Getafe nos daba cuenta de fantasiosas cifras de creación de empleo, nos enteramos también de que el mismo Ayuntamiento ha aprobado solicitar al Ministerio de Economía endeudarse por importe de 38 millones de euros más. Una mentira envuelta en un lujoso formato mientras no llegan los fondos para atender los gastos necesarios. Porque también coincide en el tiempo con el conflicto laboral que los trabajadores municipales tienen planteado para reclamar, entre otras cosas, el pago de los atrasos que se les adeuda. La coincidencia es una anécdota pero induce a la reflexión y a hacer el memorial de gastos no necesarios que el mismo Ayuntamiento ha ido acumulando a lo largo de los años y a criticar la resistencia a ponerles freno.

El derroche del folleto de marras es, a nuestro juicio, además, una torpeza, pues parte de la base de un cálculo electoral errado. Los ciudadanos se van situando con la agilidad que la necesidad marca en la nueva situación y claman por la austeridad, el realismo y, siempre, por el fin de la demagogia. Los getafenses no se han sentido reconfortados por el anuncio de empleo que se hace, no hay nadie que se lo haya creído. Antes al contrario, la reacción de indignación ha sido general. Lejos de tomar nota del cambio de los tiempos, muchos políticos no consiguen bajarse de la burbuja, no acaban de situarse. Pero, más allá de la torpeza, lo que cuenta es la intención electoralista. El ansia de seguir contando con el apoyo del electorado, lleva a los políticos a actuar contra el interés general porque es ir contra el interés general despilfarrar en propaganda.

Apostamos por que se lleve a cabo la segunda descentralización, por que se haga una redistribución de competencias entre Comunidades y Ayuntamiento, por que se reforme la Ley de Haciendas Locales para dotarlos de medios suficientes a través de los Presupuestos Generales del Estado para atender debidamente los servicios que tienen encomendados y los que se deriven de las nuevas competencias que se les atribuyan. Pero, al mismo tiempo, reclamamos al Ayuntamiento que no malgaste y, mucho menos, se siga endeudando mientras sigue malgastando. La propaganda es despilfarro y desvío de fondos, no es información. Cada partido debe pagarse su campaña electoral pues los fondos públicos están para otra cosa. La primera medida para sanear las finanzas del Ayuntamiento es no derrochar.

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