Por: Joaquin Alvarez de Toledo
23 de Noviembre de 2010
La Presidente Aguirre, con ese profundo sentido democrático que le caracteriza, recurre una vez más a la Ley de Acompañamiento de la Ley de Presupuestos, para colar por la puerta de atrás una de las medidas más lesivas que se pueden imaginar para el interés público.
Ella y su corte de arbitristas sabe muy bien, para empezar, que metiendo estas modificaciones en la llamada, en el argot parlamentario, “Ley Escoba” soslaya los trámites requeridos en el proceso normal de tramitación legislativa, trámites que no son, precisamente, humo de pajas sino, todo lo contrario, uno de los pilares básicos del sistema democrático: la garantía de discusión efectiva de una Ley en la Cámara.
Eso en cuanto al procedimiento. Porque hay más, mucho más. ¿Qué es lo que se perpetra en realidad el Gobierno de la Puerta del Sol?: pues nada menos que eliminar de un plumazo el uso social que da contenido a las cesiones obligatorias a que se refiere el artículo 91.3 de la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid. Dice en su textualidad el citado artículo:
A estos efectos, para el sistema de redes públicas supramunicipales, deberá cederse a la Comunidad de Madrid, gratuitamente y libre de cargas, terreno en la cuantía de 20 metros cuadrados de suelo por cada 100 metros cuadrados construidos de cualquier uso. Del total de cada cesión, en sectores con uso característico residencial, deberá destinarse la tercera parte, como mínimo, a la red de viviendas públicas o de integración social.
A partir del momento en el que la apisonadora del Partido Popular imponga su criterio en la Asamblea, esto se acabó. "Los suelos integrantes de las redes supramunicipales cedidos a la Comunidad de Madrid tendrán la condición de bienes patrimoniales...", o, dicho de otro modo: los suelos de uso público destinados a usos sociales pasarán a ser bienes patrimoniales enajenables cuando así le parezca oportuno a la Señora Presidente para aliviar su situación financiera, para mantener el gasto corriente desproporcionado o para financiar cualquier iniciativa ajena a los intereses públicos: ¡tanto da para un gobierno liberal!.
A su amigo y compañero Alberto Ruiz Gallardón le insta a vender edificios, lo que es pura demagogia: ¿a quién vamos a vender el dislate de la Caja Mágica?. Lo suyo no es solo un dislate: es un atraco a los ciudadanos.
Publicado en la web de UPYD en Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario